martes, 3 de marzo de 2009

Que Nos Hace Estar Vivos




¿QUÉ NOS HACE ESTAR VIVOS?






Durante el origen de la vida, una nube de partículas, generadas por el Sol, pasó por un hueco electromagnético y fue reemitido hacia una concurrencia de ondas en el punto de cooperación de éstas, no en el de su oclusión. Las partículas así atraídas colisionaron con todos los tipos de materia ordenada previamente por la fuerza electromagnética en todo el Sistema Solar. Ésta colisión entre partículas-onda y la materia ordinaria causó en ésta diferentes macroestados de acuerdo con la naturaleza de su organización.
Algunos arreglos de la materia constituían sistemas termodinámicos cuyos macroestados no permitían que el estado cuántico fuese mantenido por ellos mismos, lo cual limitaba la propiedad de esos sistemas para escapar al aumento real en el número de microestados disponibles para ellos, adquiriendo espontáneamente un estado de equilibrio térmico.
Otro arreglo específico de la materia poseía un macroestado en el cual la fluctuación cuántica podía ser mantenida debido a que ese sistema poseía múltiples estructuras que favorecían en serie la adquisición de fotones que continuaban transitoriamente la fluctuación cuántica primordial.
Esta clase de sistema termodinámico -determinado por el campo electromagnético- adquirió la capacidad de retardar el incremento de microestados que les llevaría a un estado de equilibrio térmico (sucesión de intervalos en el flujo espontáneo del equilibrio térmico). Así entonces, el estado cuántico impulsó a los sistemas termodinámicos que podían capturar fotones a retardar temporalmente el incremento espontáneo de la entropía local inherente a esos sistemas, aumentando con ello el incremento de la entropía global del Universo.
Es esa fluctuación cuántica la que nos hace vivir. En tanto tengamos la capacidad de capturar fotones que son atraídos hacia los puntos armónicos de sus ondas correspondientes, tendremos vida.
En el momento en que perdamos esa capacidad, la vida concluirá, es decir, el estado cuántico saltará de la materia viva hacia otro campo de energía no biótico. Ésto no sería posible sin el sometimiento del estado a la Segunda Ley de la Termodinámica, pues al morir el biosistema, su estado cuántico biótico rebotaría desde un campo de mayor densidad hacia otro de menor densidad en donde por la posición y el tipo de movimiento de la energía cinética ya no impulsaría a otros sistemas a ocasionar intervalos en el flujo ordinario del equilibrio térmico.

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